“Un violoncello, un arco y una silla. No hace falta más para que te sientas pleno, la única palabra que se acerca al sentimiento que te provoca hacer música es “éxtasis” tocas lo que quieres y como quieres, puedes jugar con el tiempo y contigo mismo, logras cambiar tu estado de animo con una facilidad que nunca imaginaste tener; puedes ser la mas dulce de las personas y en un segundo convertirte en la mas agresiva y dominante.”

“Tu cello nunca te dejara caer, siempre estara contigo, nunca te decepcionara, aùn cuando seas tu quien lo abandone, tal vez en ese momento es otra tu inquietud, la cual sabes muy bien que durara poco, las inquietudes son pasajeras. Estas seguro que retornaras a él, una vez mas comprobarás que nada te llena tanto. Pero tendrás que enfrentarte al rechazo que sentiras de su parte, no es tan fácil poder recuperarar su confianza, te querrá hacer creer que estaba aprendiendo a vivir sin sonar, es por eso que no te va a responder, se fué, sus cuerdas se soltaron, su puente se doblo, hasta la espiga se barrio. Pero con todo el amor que le tienes y con el lenguaje que solo él comprende le vas a pedir perdón por haberlo dejado y te va a reconocer, va a corresponder tu abrazo y se acomodará en ti. No es que el sea tu segunda opción. Es que es lo único que realmente te hace felíz, es por eso que siempre regresas.”